sábado, septiembre 30

De gira

Literespacio / Letras por NL
Por
Dulce María González
El Norte
gira inter-ranchonal 1
Cuando Jaime Villarreal me invitó el año pasado a participar en el programa "Giras de autores de Conarte" me negué, pensando en lo difícil que sería ausentarme del trabajo durante toda una semana.
Este año decidí hacer un esfuerzo, viendo que todo el mundo regresaba transformado. ¿Qué les darán?, me preguntaba, cuando mis amigos escritores comentaban sus experiencias con cara de haber alcanzado la iluminación.
Este programa, promocionado en el Estado con el eslogan "Creadores de Nuevo León en tu municipio", tiene como propósito el fomento de la lectura a través de charlas impartidas por quienes nos dedicamos, precisamente, a leer y a escribir.
La idea es que seamos los propios creadores quienes pongamos nuestro granito de arena, intentando mostrar a la gente de las comunidades un ángulo diferente, tal vez más fresco, o más raro o, digamos, menos rígido o escolar, en relación al placer y los beneficios de la lectura.
Durante esta semana, en la cual anduve de municipio en municipio, descubrí que el entusiasmo de mis compañeros a su regreso se debía en gran parte al sentido de servicio de las presentaciones, conocidas por la comunidad literaria como "giras inter-ranchonales".
En estas giras organizadas por Conarte, muchos de los escritores locales caemos en la cuenta de que a veces pecamos de lo mismo que criticamos por otro lado. Hablo del centralismo, esa idea tan común de que nuestra ciudad es el Estado entero, una perspectiva empobrecedora que nos impide observar la multiplicidad de expresiones culturales de nuestras propias comunidades.
Lo primero que nos sucede en la gira es que nuestro pequeño mundo, formado por jurados de certámenes, personajes del mercado editorial, compañeros escritores o artistas y funcionarios culturales, es dimensionado ante la evidencia de que, en efecto, hay seres humanos dedicados a un sinnúmero de oficios para quienes lo que hagamos o dejemos de hacer los creadores carece de importancia.
Inmediatamente después de este tremendo golpazo al ego vienen los cuestionamientos: si esta gente no tiene la menor idea de nuestra existencia, si difícilmente advertimos nosotros la existencia de ellos, ¿para quién escribimos entonces?
La sorpresa es que la gente de las comunidades está ávida de este tipo de actividades, que los muchachos de las secundarias y preparatorias se interesan de verdad, participan, dialogan, que los maestros piden consejos acerca de autores y libros. Todo un proceso de aterrizaje en relación a nuestra realidad, a nuestras posibilidades y necesidades, y carencias.
En lo personal, me tocó compartir la aventura con Coral Aguirre que, como buena narradora y tal como me sucede a mí misma, no batalla a la hora de ponerse a platicar con la gente de sus anécdotas como creadora y de sus experiencias de lectura. Una mancuerna muy conveniente. Al grado de que muy pronto advertimos que, como a Batman y Robin, a Coral y a mí se nos da salir adelante por medio de la acción a dúo.
Si a ello agregamos las oportunas intervenciones de Jaime Villarreal, experto en sacar del hoyo a creadores empantanados en sus propias elucubraciones, el resultado fue, al menos desde mi perspectiva, alentador.
Los días de gira inter-ranchonal, agotadores, cargados de experiencias, de diálogo enriquecedor con la gente de las comunidades, de conversaciones sin fin en los trayectos por carretera, llegaron a su fin el viernes. Una verdadera confrontación en el sentido de nuestra labor como creadores, sobre todo a la hora de abrir el periódico y enterarnos de los movimientos políticos en el área de cultura, las estrategias y manipuleos protagónicos, la preparación de los grandes eventos, etcétera.
Lo anterior me recuerda una secuencia de la película "Contacto", cuando después de viajar y arribar a un lugar muy lejano (creo que a otra galaxia), la protagonista toma un grano de arena y lo observa con asombro. En ocasiones el sentido de lo que hacemos se nos presenta en lo más cercano a lo que somos, en lo sencillo y pequeño, en lo propio.

domingo, septiembre 24

Domenica

Ando de fodonga. Me la he pasado leyendo y durmiendo, para variar. La inspiración brilla por su ausencia y la disciplina se resiste como cada domingo. Nada interesante en el periódico. Setenta exámenes por revisar. Monterrey, lluviosa. Silvia Plath, más deprimida que de costumbre: desalentadora. Mejor me voy al cine. Ajum.
PD: Mañana empiezo la gira por municipios ("inter-ranchonal", le llama Óscar).
"¿Vas a ir a leer poesía a los narcos?", preguntó mi hermano anoche. Y agregó: "Que yo sepa, en los pueblos de Nuevo León sólo hay eso".
Ya veremos...

sábado, septiembre 23

Malincolia

Bordano
Marijose me pegó la melancolía. Tiene un par de días extrañando Italia, hablando de Italia, buscando imágenes de Bordano en internet. Ayer pasaron El Padrino en A&E y lo vimos por centésima vez. Como nos desvelamos, no fue a su clase (de italiano), pero se puso a enviar mails y a planear desde ahora sus vacaciones de invierno. Para eso sí sirve la nostalgia, le digo, y enseguida la amenazo con lo de siempre: si no cumples con tus obligaciones, olvídate de tu famoso Bordano. Al rato me ganó la flojera (siempre me sucede con los castigos) y nos pusimos a cocinar un espagueti, escuchando música italiana o que tuviera qué ver con. Empezamos con Nat King Cole, a propósito de El Padrino: "That's amore". Enseguida Battista, Battiato, Nomadi, etcétera. Comimos con cocacola (ella) y vino chileno (yo, sorry pero no tenía italian wine) y nos echamos una siestesota.
¿Qué voy a hacer cuando le de por largarse con sus amigas (o novio) por motivos de nostalgia? Supongo que largarme con mis propias amigas (o novio) por motivos de abandono. Así es la maldita vida. Snif.

Una función muy regia

Me encantó la foto en el periódico de hoy. Gente tirada en el pasto durante la función de Aída. Supongo que algunos de ellos etsban realmente dormidos. A esos los llevaron a la fuerza, pensé. ¿Qué habrán soñado?
Alguien por ahí comentó que ese tipo de espectáculos es mejor presentarlos en lugares "formales". Opino lo contrario. La mejor manera de aterrizar el arte, de hacerlo nuestro, es sintiéndonos libres de hacer con él lo que queramos. Dormir un rato no está mal. Tampoco está mal comerse unas hamburguesas al carbón en el intermedio. El problema es la gente cerrada. Más que correcta, me parece gente peligrosa. Son ellos quienes matan las expresiones vivas, las acartonan y las meten a los museos, a donde pocos van.

viernes, septiembre 22

Qué envidia

Mexican style

Mientras en mi colonia los transformadores de luz truenan a diario, dejándome sin computadora y -oh catástrofe- sin internet, mis amigos se encuentran en un bar de Madrid y se la pasan genial. Vivir tan cerca de la futura sede del Forum es lo peor que me ha sucedido en años: se toman toda la corriente para construir sus puentes y sus cochinadas. Oh destino cruel.
Hoy comí otra vez como si viniera regresando de un campo de concentración, será el otoño.
El exceso de trabajo no me ha permitido disfrutar de mis deliciosas e inspiradoras siestas. ¿Cómo quieren que escriba entonces? Si el mundo sigue así, me largo a otro planeta.
Okey, basta.

sábado, septiembre 16

Días de lluvia

Literespacio / Días de lluvia
Por Dulce María González
El Norte

Lluvia

¿Por qué será que con la lluvia nos ponemos nostálgicos? Eso me pregunté el jueves pasado. Por primera vez en los últimos días el Sol asomaba a ratos y el perro estaba desesperado por salir. Si los perros se fastidian tanto en la época de lluvias, pensé, es porque no saben leer.
Tampoco parecen tener la fuerza para salir adelante en semejantes momentos adversos: mientras todos en la casa nos entretenemos viendo alguna película, ellos voltean hacia la ventana, ven caer la pesada lluvia en medio de su depresión. Si los perros supieran manejar, si tuvieran que cruzar la ciudad inundada en plena hora pico, seguramente habría cantidad de suicidios caninos.
El caso es que los humanos del Siglo 21, incluso los muy lectores, por lo regular le sacamos la vuelta a los volúmenes extensos. Y es en los días de lluvia cuando recordamos el placer de los novelones: meternos a leer un libro durante semanas en las que el mundo desaparece de nuestra cabeza, que anda en otra parte, inmersa en otro universo que, al paso de las páginas, se nos convierte en cotidiano.
Para quienes pasamos la vida leyendo es muy común el ejercicio constante del "cambio de mundo". Salimos de un libro el domingo para entrar al próximo el lunes. Vamos con la semana. Estacionarnos en un solo texto nos resulta difícil. A los humanos del Siglo 21 no nos gustan los estacionamientos. Lo anterior significa una gran contradicción, ya que por lo regular nos provoca tristeza terminar los libros que leemos.
El año pasado vi una película que me encantó: "The door in the floor" (Estados Unidos, 2004), de Tod Williams. El lenguaje cinematográfico, muy hollywoodense, dejaba mucho que desear, pero el manejo de la trama resultaba en momentos asombroso.
En su visión pragmática de la interpretación, el teórico estadounidense Richard Rorty nos aconseja hacer a un lado el intento de saber cómo es realmente un texto y nos anima a utilizarlo para nuestros propósitos. En el fondo, lo anterior es solamente una palmadita en la espalda para quienes, como yo, nos andamos buscando en lo que leemos.
Sin embargo, asegura Rorty, hay textos que no se dejan usar. En vez de ayudarnos a conseguir lo que deseamos, nos llevan a "cambiar los propios propósitos". El extraño encuentro con estas historias, con estos personajes, nos reordena, nos reacomoda en el mundo.
John Irving
El caso es que me sorprendió enterarme de que el film de Williams estaba basado en "Una Mujer Difícil" ("A widow for one year", 1998), de John Irving, escritor estadounidense a quien siempre había considerado muy menor, literariamente hablando. Aún así, busqué el libro. Me topé con un novelón de cerca de 700 páginas, mismo que terminé de leer durante las lluvias, feliz de la vida mientras mi perro se moría de tristeza.
Rodrigo Fresán, periodista y escritor argentino y gran admirador de Irving, asegura que sus novelas no se pueden reseñar y que, como sucedió con "El Mundo Según Garp", uno de sus primeros éxitos editoriales también llevado al cine, sólo podemos afirmar que las historias resultan muy "irvingianas".
Por mi parte, puedo decir que "Una Mujer Difícil", cuya primera parte (en la cual se basó la película de Williams) resulta muy superior a la segunda, contiene tres relatos infantiles y sus comentarios, deliciosos recuerdos de la niñez, un viaje a Ámsterdam, un manual de manejo, varias biografías trágicas, una historia de amor, un paseo por el barrio chino de Hamburgo y una serie de consejos para ganar al squash, entre otras cosas extrañas y no menos disfrutables.
Contiene, también (cómo olvidarlo), un terrible momento de angustia: cuando uno de los protagonistas, Ted Cole, le cuenta a su hija Ruth, mientras maneja por primera vez el automóvil de su padre, la forma en que sus dos hermanos murieron en un accidente automovilístico antes de que ella naciera.
Al final, la polémica de si Irving es o no un autor comercial pasa a segundo plano cuando afuera llueve y una se echa a caminar entre esa gente a la que le suceden eventos extraordinarios, felices o terribles que nos cambian los propósitos y nos provocan sentir que, para los humanos del velocísimo Siglo 21, todavía es posible estacionarse en un libro.

miércoles, septiembre 13

La otra es una taza vacía

Ella, la otra, anduvo buscando a sus antiguos amigos. Yo estaba dormida.
Partió del Coleccionista de huecos hacia Rizomas, ahí leyó un par de entrevistas a Félix Guattari, algo sobre la contracultura a través de la historia y salto a la página del Perro Cansado, que esta semana habla de música y de viajes. Después el Puerto Asterix, el Aldán y descanso en Apostillas. Enseguida Lefty y de nuevo al Coleccionista. Uf, qué viaje.
Mientras tanto, yo soñaba en los textos que me alimentaban antes y me provocaban escribir. Preparar un cafecito antes de encender la computadora. Beberse los diarios de otros. Descubrir en ellos ese brillo tan común y corriente de lo cotidiano. Yo me retorcía entre las sábanas mientras ella, la otra, comía un sándwich de queso fresco con germinado de alfalfa (anda en su época saludable).
Pero ella, la que no duerme, no encontró a nadie. ¿Será que el vacío lo lleva dentro?
La otra, la que no duerme y siempre está escribiendo, anda buscando la manera de que su sándwich le llene el vacío de la panza. Es muy romántica y muy cursi en esto de la literatura. No despega nunca. No aterriza. Como hoy leyó a Guattari, anda con la idea de que es una máquina deseante, la muy ingenua.
Fue en julio cuando encontró alguna forma de amplitud. Durante una semana no salió ni a la esquina. Comía pescado a la plancha acompañado de una copa de vino. Veía las películas que nunca quiso ver. Leía. Entonces se puso a escribir y la sensación era la misma de cuando cocina. Todo el gozo en el verde de las hierbas con las que sazona los platillos, en los cortes precisos sobre el tomate o la zanahoria. El mundo compacto en las palabras. Los olores de la vida intensos sobre la estufa.
Pero nada dura para siempre, la prueba es que muy pronto se vació de nuevo y aquí está, buscando reinventarse mientras yo duermo.
Que la otra le pare de una vez a sus manías, a sus intentos de llenarse de algo. Yo estoy cansada, dormida.

domingo, septiembre 10

Domenica

Abrir las persianas para que entre el sol. Música, un cafectio, pedir cigarros a la tienda. Ignorar el desorden que se va a cumulando alrededor. El Miki se echa a mi lado, me observa, me sigue a todas partes. De pronto, cuando lavo los platos o abro el refri para sacar la leche, me doy cuenta. Y es como si la puerta hubiera estado siempre ahí.
Hace un par de noches me quedé hasta muy tarde. Estaba en otra parte. Mis dedos se movían en automático sobre el teclado. La puerta no se cerró. Apenas me quedé dormida, la novela siguió. Soñé con los personajes. Los domingos esas realidades se confunden padre y acaban muy fusionadas.
Bueno, ya.
Hoy cumple años Jesús Mario.

sábado, septiembre 2

Comentario de la que escribe (o más allá de la política) (o más acá en lo literario)

Es un hecho singular que los creadores, aún los muy solitarios y supuestamente independientes como yo, ocupamos coordenadas. Tú eres mi norte, C, la mirada que me provoca no sólo escribir, sino hacerlo lo mejor posible. Siempre hay por ahí una admiración, el deseo de que un par de ojos se detenga en nuestro texto. De otra manera nos perderíamos. Sí, ya sé, es una declaración de amor. Son años con lo mismo. Hoy ando cursi.

Y encima lo de Plutón

Literespacio / Y encima lo de Plutón
Dulce María González
El Norte
Últimamente ando como llanta desinflada y no es para menos. A las ofensas habituales por parte de escritores fracasados fue necesario agregar el desencanto de ver cómo el proyecto de cambio político se va convirtiendo en aberración.
Los reclamos de los primeros días, signo de impotencia y necesidad de defenderse de alguna forma ante el presunto fraude electoral, se transformaron en declaraciones disparatadas, locura, descontrol y, finalmente, en amenaza a la estabilidad del País.
Muchos de quienes teníamos esperanzas en AMLO vemos con tristeza quién era él en realidad: una persona impositiva, irrespetuosa de las instituciones que lo llevaron hasta donde se encuentra ahora. Una se avergüenza de haber argumentado a su favor por todos lados. Sin embargo, ¿qué logros pensábamos obtener de una democracia inaugurada hace seis años?
Era de esperarse que intentar el equilibrio de poderes, que implicaba el debilitamiento del ejecutivo en un sistema político habituado al presidencialismo, aunado al derrotismo e incapacidad de nuestro actual presidente, darían por resultado el vacío de poder en el que tan quitado de la pena se acomodó AMLO, representante venido a menos de nuestras esperanzas.
Para muchos de nosotros la decepción es profunda, ya que seguimos pensando que nuestro País necesita un cambio de rumbo. El viraje democrático, desde y hacia dentro de las instituciones que, al parecer, en AMLO era puro discurso, puras ansias de poder, en la realidad sigue siendo una necesidad urgente.
La tremenda desigualdad social, la discriminación, la falta de oportunidades para la gran mayoría exigen una reflexión profunda de nuestra parte y un consecuente cambio de actitud.Y mientras este reconocimiento de nuestra realidad y esta apertura hacia nuevas opciones no se den en la conciencia de la mayoría, los cambios que requiere el País nunca se llevarán a cabo en los hechos.
¿De qué le sirve a México el "fake show" al estilo lucha libre que actualmente tiene tan ocupados a nuestros políticos? Por mi parte, la idea de continuidad me revuelve el estómago y la actitud de AMLO me enferma. Pura decepción, pura sensación de impotencia. Y encima nos salen los científicos con lo de Plutón.
No se trata únicamente de que los niños tendrán que poner "una pelotita menos" en sus maquetas del sistema solar, como se ha comentado en los medios. El problema es que, encima del caos político de nuestro País, de las guerras y los abusos de poder en el mundo, la imagen que tenemos en la cabeza de nuestra ubicación en el universo se ha movido de pronto, dándonos un pequeño pero efectivo revolcón. ¿Para qué otra cosa sirve una maqueta, o un mapamundi, sino para que el niño entienda dónde está parado?
Los científicos intentaron aminorar el golpe diciendo que se trata de un planeta enano, argumento con el que no todos ellos están de acuerdo. Y para calmar la angustia de los amantes del orden universal (me incluyo), algunos comentaristas de la televisión salieron con la novedad de que un sol enano es de todos modos un sol y un enano no deja de ser una persona. Se ve que no tienen idea de lo que es políticamente correcto y lo que no.
Por su parte, a los apasionados y dinámicos terrícolas nacidos bajo el signo de Escorpión les sucedió lo que a muchos de los mexicanos que votaron por AMLO: se quedaron sin planeta regente.
En descargo de todo lo anterior, la tragedia griega nos muestra que las piezas caóticas del rompecabezas terminan siempre reacomodándose en un nuevo orden. ¿Y qué hace una cuando las piezas con que cuenta son indeseables todas, piezas de segunda? Supongo que reacomodarlas de todos modos. El cómo hacerlo es ya otra cosa, un caso para La Araña.
Por lo pronto, y en tanto el caos político se nos viene encima, me marcho a escribir mis órdenes y desórdenes imaginarios. Otros tendrán que marcharse a la escuela, a la fábrica o a la oficina. Mientras no terminemos de acabar con él, el mundo sigue rodando y no hay de otra.

viernes, septiembre 1

Todo se desinfló, afortunadamente

Parece ser que el país sobrevivió a los eventos de hoy. Nadie llevó las cosas a sus últimas consecuencias. Ni López Obrador se aventó a tomar medidas verdaderamente radicales, ni los panistas respondieron a las agresiones de la bancada del PRD en el Congreso.
Lo que no deja de dar coraje es la actitud de Fox. Los panistas son así, ñoños, mochos, creen tener la verdad en la mano. ¿No se da cuenta el Señor Presidente que la gente está desesperada, que se iría con el primero que le ofreciera algo? La actitud de AMLO deja mucho qué desear: tiradote en el estrado, diciendo: "que se queden con sus instituciones, con sus soldados". Más que preocupación, el señor ya da risa. Pero creer que el único problema de México es AMLO es lo peor de la ceguera de Fox. El verdadero problema es la situación de pobreza extrema de la mayoría de los mexicanos. No se podía esperar más de un panista ex director de Coca Cola.

Crónica de una tarde de verano

La niña estaba contenta.

Viaje en la ciudad (a gusto)

La mamá, enojada.

Viaje en la ciudad (mal humor)

El día, raro.

Viaje en la ciudad (día raro)

Mientras tanto, en casa,

Vida de perro (ajum)

ajum...